obelix

Mi marido me dice que soy como Obelix; no es que me esté llamando gorda, sino que dice que me debí de caer de pequeña en una marmita llena de vacuna contra la ansiedad y la depresión, y desde entonces soy inmune a ellas.

Incluso ahora, después de casi dos años de pandemia, en el que la gente está acusando el desgaste de más de un año de miedo, tensión e incertidumbre, yo tengo la sensación de estar en mi mejor momento.

Es verdad que mi actitud ante la vida hace que vea en la adversidad una oportunidad de crecimiento y evolución personal.

Últimamente en los pacientes veo muchos síntomas relacionados con la situación COVID: tensiones mandibulares, dolor de cuello y cabeza, incluso refieren molestias en zona pectoral y diafragma.

Muchos me preguntan qué pueden hacer ellos para mejorar su tensión y ansiedad, y yo les hablo de los beneficios de la actividad física o la meditación. Pero para mis adentros también pienso en lo bien que les vendría un chapuzón en la marmita en la que yo me caí de pequeña.