Peregrinos

Por Padrón pasa el Camino de Santiago portugués y es un gusto volver a ver peregrinos de nuevo, pues este año, a pesar de ser año Xacobeo, no se veía ninguno a causa de la pandemia.

Me gusta tratar peregrinos porque la experiencia del Camino hace que estén muy lúcidos, con lo que las conversaciones son muy interesantes, con el aliciente de escuchar otros idiomas y acentos.

También son muy agradecidos: los que hemos hecho el Camino sabemos que “el turista exige y el peregrino agradece”.

Yo hice el Camino desde Roncesvalles con mi marido, fisioterapeuta como yo. Al principio no revelábamos nuestra profesión: íbamos de incógnito, como los famosos, porque en el momento que se descubre ya no paras de trabajar, aunque estés molida de caminar todo el día.

Pero al llevar unos días aprendes que el Camino (como la vida misma) es Compartir, y entonces descubres que dar y recibir es lo mismo. Y allí mucho agradecí tener una profesión de servicio como la mía, para poder dar algo ante tanta generosidad desinteresada que se me estaba ofreciendo.