Uno de los inconvenientes de ser bajita es el de tratar pacientes talla XXL. Más de una vez hemos bromeado con tener que poner un gálibo en la entrada de la clínica a una altura de 1,80 metros…
Con los años y la experiencia nos hemos ido acostumbrando a este tipo de desproporciones y ahora podemos afirmar, como ya dijo algún profesor nuestro en alguno de nuestros cursos, que un pájaro también puede tratar a un elefante.